La psicopatía es un trastorno de la personalidad. Algunos autores han hablado de perversión para referirse a este cuadro psicopatológico. Actualmente suele incluirse bajo el llamado trastorno antisocial de la personalidad del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM IV)
Los psicópatas presentan rasgos básicos:
1) Un desorden de la personalidad, una condición crónica, persistente y ego-sintónica (no hay conciencia de enfermedad). Los individuos psicopáticos o psicópatas aceptan su modo de ser como natural y apropiado.
2) Insensibilidad, irresponsabilidad, impulsividad, frialdad o superficialidad emocional. No sienten culpa ni amor.
Psicopatía no es sinónimo de criminalidad, pero sí aumenta las posibilidades de transgresión de reglas y leyes sociales, debido a sus características de insensibilidad, impulsividad, falta de inhibición comportamental, egocentrismo, irresponsabilidad y falta de culpa o remordimientos.
Características de un Psicópata
- Locuacidad (Charlatanería)
- Encanto superficial
- Sensación grandiosa de Autovalía
- Mentiras patológicas
- Engaños y manipulación
- Ausencia de remordimiento y culpa
- Escasa profundidad de los afectos
- Insensibilidad
- Incapacidad para establecer fuertes vínculos emocionales; son superficiales
- Falta de empatía
- No acepta la responsabilidad de sus acciones
Dimensión " Desviación social"
- Necesidad de estimulación /Propensión al aburrimiento
- Estilo de vida parasitario
- Escaso control del comportamiento
- Problemas de conducta tempranos
- Tendencia
- Falta de metas realistas a largo plazo
- Impulsividad
- Irresponsabilidad
- Delincuencia juvenil
- Conducta sexual promiscua
- Versatilidad criminal
Es posible que existan factores genéticos que, junto a estímulos sociales contribuyan a la aparición de este trastorno. Algunos investigadores sostienen hipótesis neurobiológicas que explicarían gran parte de los signos de este desorden. La naturaleza del psicópata podría deberse a una distribución interhemisférica inusual de los recursos de procesamiento. En otras palabras, el procesamiento de la información en los psicópatas se vería afectado por una alteración en sus hemisferios cerebrales.
Por otro lado, se ha postulado una disfunción cerebral leve, especialmente en la corteza frontal, más funcional que estructural. La corteza frontal y más precisamente la prefrontal, alberga funciones propiamente humanas: Imaginación, creación, pensamiento abstracto, planificación, inhibición del comportamiento, entre otras. De éste modo se comprendería por qué en psicópata presenta gran parte de sus características antisociales e impulsivas. Sin embargo estos estudios no han sido realizados con muestras representativas, con lo cual sus resultados no pueden ser ampliamente generalizados. De hecho, pocos han considerado variables socioculturales en el análisis de este trastorno. Futuras investigaciones deberán poner el acento en un trabajo con la mayor representatividad y multidimensionalidad posible, para lograr así un estudio holístico complejo de éste trastorno.
Psicopatía, violencia y criminalidad
La violencia puede ser un síntoma claro de psicopatía. Por lo tanto es probable , si bien no certero, que un psicópata se comporte violentamente.
L criminalidad constituye una variable conductual: quien viola la ley se comporta de manera criminal. En éste sentido no hay una relación necesaria o exclusiva entre criminalidad y cualquier patrón de personalidad particular. Por lo tanto, la evaluación de la personalidad no puede ser utilizada para identificar si alguien es o no un criminal. Vale decir que un individuo sea, por ejemplo, psicópata, paranóico, o esquizoide no significa que con seguridad haya cometido o cometerá actos criminales.
Aún así cabe aclarar que si bien psicopatía no es sinónimo de criminalidad, padecer éste desorden aumenta la posibilidad de transgresión de reglas y leyes sociales. De hecho, en un estudio realizado con población reclusa en 1999, resultó que el 25% eran delincuentes psicópatas, y que éstos tenían más posibilidades de reincidir que otros reclusos no psicopáticos. Estos resultados se comprenden si se considera que los principales inhibidores de la violencia y la conducta social (empatía, vínculos emocionales, miedo al castigo, sentimientos de culpa, entre otros) son existentes o muy deficitarios en los individuos psicópatas.
La psicopatía suele ser además un indicador general de probabilidad de reincidencia sexual violenta. En otras palabras, aquellos individuos que hayan cometido un crimen sexual violento, si además de delincuentes sexuales son psicópatas, tienen mayor probabilidad de volver a cometerlo.
¿Cómo se diagnostica la psicopatía?
Actualmente, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM IV) incluye la psicopatía dentro del TRASTORNO ANTISOCIAL DE LA PERSONALIDAD. Para su diagnóstico se deben cumplir los siguientes criterios:
A. Un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás que se presenta desde los quince años como lo indican tres (o más) de los siguientes puntos:
- Fracaso para adaptarse a las normas sociales en lo que respecta al comportamiento legal, p. ej. perpetrar repetidamente actos que son motivo de detención.
- Deshonestidad, indicada por mentir repetidamente, utilizar un alias para estafar a otros, para obtener un beneficio personal o por placer.
- Impulsividad o incapacidad para planificar el futuro
- Irritabilidad y agresividad indicados por peleas físicas repetidas o agresiones.
- Despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás.
- Irresponsabilidad persistente, indicada por la incapacidad de mantener un trabajo con constancia o de hacerse cargo de obligaciones económicas.
- Falta de remordimientos como lo indica la indiferencia o la justificación de haber dañado, maltratado o robado a otros.
B) El sujeto tiene al menos 18 años
C) Existen pruebas de un trastorno disocial que comienza antes de la edad de 15 años
D) El comportamiento antisocial no aparece exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia o un episodio maniaco.
Psicopatía y trastorno antisocial de la personalidad: ¿Cuál es la diferencia?
El Superyó es una de las instancias de la personalidad descrita por Sigmund Freud en su segunda teoría del aparato psíquico: su función es comparable a la de un juez o sensor con respecto al Yo. Freud considera la conciencia moral, la autoobservación, la formación de ideales, como funciones del Superyó. Desde la teoría psicodinámica, los defectos del psicópata son considerados daños en el funcionamiento del superyó: defectos superyoicos en la conciencia, la moralidad y la vinculación interpersonal.
Si bien no es una característica nuclear de la psicopatía, puede haber también daño yoico (dificultades para planificar, para aprender de los errores, juicio y prueba de realidad pobres, impulsividad, incapacidad para manejar situaciones complejas). Es decir, hay una dimensión de daños yoicos a lo largo de los cuales los psicópatas varían, y a mayor daño del Yo, mayor probabilidad de mostrar desajustes sociales y de cometer actos criminales.
Por otro lado, el trastorno antisocial de la personalidad es una condición que está definida por los criterios del DSM-IV, de los cuales solo dos se relacionan con defectos del superyó que constituyen el núcleo de la personalidad psicopática: ellos son (A) deshonestidad indicada por mentir repetidamente, utilizar un alias, estafar a otros para obtener un beneficio personal o por placer; y (B) carecer de remordimientos por malos actos cometidos previamente. Otros criterios se relacionan con funciones yoicas que pueden o no estar dañadas en individuos psicopáticos.
Entonces, de acuerdo con Weiner (1992), si un individuo solamente cumple los criterios del DSM-IV para trastorno antisocial de la personalidad , exceptuando los referidos a defectos superyoicos, estaremos en presencia de un individuo con trastorno antisocial. Si además cumple los dos criterios del del DSM IV referidos al déficit superyoico, será diagnosticado como un antiisocial psicópata.
Tratamiento de la psicopatía: ¿Se cura un psicópata?
La psicopatía es un trastorno de la personalidad de base, por lo cual es crónico (incurable). Para tratarlo, se requiere un enfoque interdisciplinario: un psiquiatra, un neurólogo, un psicólogo.
Algunos clínicos utilizan fármacos antipsicóticos para controlar la impulsividad , entre otras drogas. Si bien aún no se han descubierto programas eficaces para su resocialización, resultando las psicoterapías muy poco exitosas en estos pacientes, esto no significa que sus actitudes y comportamientos sean inalterables. El terapeuta debe trabajar, en primer lugar, su falta de conciencia de enfermedad, su falta de empatía, su impulsividad y su insensibilidad. Esto puede resultar una ardua tarea, pero debe continuarse la búsqueda de técnicas clínicas efectivas para estos sujetos.
Fuente: Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social (UNITEC)
Publicado por: Antonieta Castellanos Zamudio
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